CHAMON, estuvo muy bien con el toro, recibiéndolo con lances cadenciosos y templados, en los cuales el animal se lastimo una mano. Por lo que se decidió no picarlo, para que durara más en la muleta. Y así fue, el toro se afianzó sobre su mano dolorida y aunque doliéndose, embistió bravo y enclasado. El matador desplegó toda su sabiduría, para sacarle el mayor partido, no atosigandole de inicio, dándole tiempo entre serie y serie, hasta que se conjugaron ambos en el espacio-tiempo, generando esa simbiosis que hace fluir el toreo puro, el único que existe, el de la quietud, el de el valor sereno, el del temple, el de la colocación, el de hacerle al animal lo que requiere. Un salir muy torero de la cara del toro, estando en torero hasta en los pequeños detalles. Todo terminó con un espadazo en todo lo alto que acabó con el bravo y colaborador animal.
Agradecemos a Mara y José su amable trato y su cariño y les felicitamos por ese gran ejemplar. Deseándoles toda la suerte del mundo.
Un gran día el que pudimos disfrutar en el campo, esos que hacen afición. Les dejamos con unas instantáneas del evento.
Por: Raúl Castro
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